jueves, 24 de abril de 2008

Son nuestras fatigas las de los infortunados


Hoy descubrí una noticia que había sucedido hacía mucho tiempo y no pude dejar de escribir algo sobre ella. Se trata de la historia de Juan Gelman. En su Libro de los abrazos, Eduardo Galeano recuerda la historia de este poeta argentino y nos dice como un ser humano puede vivir con esa carga. El poeta se siente culpable de la desaparición de su hijo y su nuera, quien estaba embarazada. Siempre me ha parecido una historia muy dolorosa sobre la infamia del ser humano. Nadie puede aguantar con la desaparición de un hijo y menos en estas condiciones. Pero lo que me enterneció fue enterarme de que esa nieta había sido encontrada muchos años después. ¿Cuál sería la alegría ese hombre? Debe ser incalculable. Ver a su nieta, esa niña que siempre quiso conocer y que en noches de pesadilla la imaginaría llorando, en una soledad, indefensa, tratando de ayudarla, de protegerla con sus manos pero todo con la imposibilidad del sueño. Encontrar un hijo o un nieto debe ser lo más maravilloso, a mí me sucedido y creo que no tiene ninguna descripción. En una esquina, alguna vez, en un día cualquiera, conocía mi hijo que tenía casi dos años. Cuando sentí su mirada mi alma se cayó, se desmoronó, era como si quisiera devolver el tiempo y tratar de estar cada segundo con él, acariciarlo, escucharlo, hablarle al oído y decirle que lo amaba, que nunca quise estar lejos de él, que era el fantasma que le perseguía cada noche y que hacía compañía a su soledad. También perdí a mi hijo, pero no con la muerte, sino con la indiferencia y el odio. Eso duele mucho más y yo me pregunto por qué debo cargar un karma de algo que jamás he hecho con él, sólo he sido honesto y directo con la mamá. Sin embargo todo se convierte en un infierno cuando el amor de un hijo se contrapone al deseo de una mujer. Sueño con encontrar un hijo, sueño con llamarlo y contarle cosas, hablar de la biblioteca y mostrarle mis libros, sentarlo a mi lado y decirle todo lo que dice cada uno de esos libros, sus historias, sus sueños, decirle que el ser humano es así y asa, enseñarle a protegerse de la infamia del mundo y contarle historias de lo que ha pasado en su ausencia. Sueño con verlo sonreír, llora, dormir y todo lo que un niño nos ofrece para encarnar la palabra felicidad. Me conmueve ver a esos padres y madres que llevan la foto de su hijo como desaparecido con la esperanza de encontrar a alguien que les dé la más mínima noticia de su paradero. Buscar un hijo es buscar una esperanza, es buscar una razón para encontrar sentido a nuestra existencia. No sé cómo alguien puede vivir con la carga de un hijo desaparecido; Juan Gelman sí lo sabe y jamás se ha cansado de buscarlo, por eso el tiempo le ha retribuido algo, se merece su mejor alegría, esa nieta que demuestra que nuestras fatigas algún día tendrán un premio merecido.

jueves, 6 de marzo de 2008

La cara de la desgracia

Nada me produce más tristeza, más desazón, más rabia, más angustia y más desencanto, que observar a una madre buscando a su hijo desaparecido. Hoy no asistí a la marcha, como tampoco lo hice el mes pasado, quizás porque no soy un buen ciudadano, no llevo a Colombia en mi sangre y tampoco me atrevo a cantar el himno nacional con la mano en el corazón. Pero no pude dejar de sentir vergüenza cuando iba caminando y me encontré de frente con una mujer de edad cuyo rostro manifestaba toda una vida de sufrimiento, humilde en todos sus aspectos, y con una camisa que llevaba estampada la foto de su ser querido que ya no estaba para acompañarla. Que vergüenza ser colombiano, decir que vivo en un país donde a nadie le importa que las personas desaparezcan como si fueran objetos, recuerdos vagos, o atardeceres constantes. Vi el rostro de una mujer que tenía la esperanza de poder recuperar a ese fantasma que sólo para ella era importante. Me encontré con miles de Clementes Silvas, ese personaje que aparece en la obra de José Eustasio Rivera recorriendo las caucheras en busca de los restos de su hijo. Por estos días oía una declaración donde un paramilitar no podía confirmar a ciencia cierta si había asesinado a 1500 o 1200 personas. Un desfase de 300 personas, como si 300 personas no fueran nada, y me pongo pensar en que a veces he tenido 300 estudiantes, y esos 300 estudiantes me los puedo encontrar en la calle y saludarme, no saludarme, evadirme, mirarme mal, ser indiferentes y algunas veces hasta demasiado melosos, pero siempre serán personas que no se olvidarán pase lo que pase. Tengo una buena memoria para los rostros, casi nunca se me olvida un rostro, y son 300 personas con las cuales compartí de alguna u otra manera un espacio, pero que ya no están. Cada uno es un universo, lleno de conflictos y alegrías pero que no se pueden desechar. Incluso ahora que he caído en las denigrantes garras del facebook, me encuentro con esos mundos que ya no están en mi espacio, pero que han continuado desarrollando su vida. Cómo es posible que alguien pueda olvidar 300 rostros, 300 vidas, 300 muertes. En mi Colombia querida eso pasa constantemente, y no hemos olvidado sólo 300, hemos olvidado millones de personas. Por eso hoy cuando veía esos rostros, sentía vergüenza por algo que nosotros hacemos constantemente, olvidamos lo que somos, lo que hemos sido y lo que hemos hecho.

La tierra que atardece


Hoy me ha invadido la melancolía. No sé porque empiezo a contar esta especie sentimiento existencial en un espacio tan público como éste blog, quizás porque como nadie lo visita, puede convertirse en un lugar secreto para que pueda descargar un poco ese sentimiento que me está invadiendo por estos días. ¿Qué es la melancolía? ¿Cómo podemos definir ese estado tan singular que no es ni felicidad, ni tristeza? Los recuerdos de algunas mujeres llegan a mi mente. Siempre detrás de mis recuerdos se encuentra agazapada una mujer. La palabra agazapada puede ser muy horrible, pero las presiento como ese tigre que acecha a su presa esperando el zarpazo final. A veces siento que mi vida podría haber sido de otra manera se hubiese dado un determinado giro, pero como alguien dijo: "somos una marionetas del destino". Varios sentimientos se unen y me generan dicha melancolía. El recuerdo de amor perdido, el recuerdo de un amor apasionado, el recuerdo del amor siniestro y conflictivo, el recuerdo de un amor que fue y que ya no quiere ser. Las mujeres me agobian, o mejor, sus recuerdos. Esos recuerdos que han sumado mi vida de una otra manera, para creer que entiendo de alguna forma ese mundo femenino. Esas mujeres imposibles y anónimas que pasan por la calle, su belleza indescriptible que me inspira todos los posibles malos pensamientos. La persona que se sienta a mi lado y con la cual jamás podré dialogar. La estudiante que me lanza sus miradas perturbadoras, pero que por mi condición nunca le responderé (no soy ningún mogigato, pero ya no soy el profesor que encantaba a sus alumnas). Ese posible amor perdido que nunca se manifestó, pero que de un momento a otro el destino me lo enfrenta, y entonces lo devoro hasta hastiame. Esa culpa de amar a alguien que no quiero amar, pero que por mi instinto animal, me lanzo a sus pies. Así pues, todos estos recuerdos me permiten un ambiente melancólico que me devora las entrañas de una manera fabulosa. Me siento viejo y jamás pensé que lo diría. Tal vez sea la sensación de haber conocido muchas personas, pero ya no tener nadie a mi lado. Así es la vida y la verdad no quiero tener a nadie eternamente. La única persona con la que me gustaría vivir por un buen tiempo es con mi hijo, pero ya llevo más de un año sin verlo, y eso me destruye cada día. Debí haber tenido un hijo con cada mujer con que estuve, sin embargo no sería una nostalgia sino muchas. En fin, no puedo quejarme más y tampoco vale la pena hacerlo. Deberíamos arrepentirnos de muchas cosas pero ya es demasiado tarde, por lo tanto voy a tratar de disfrutar este momento melancólico y a sumirme en un estado profundo de los recuerdos.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Bienvenido el infierno


Estoy muy contento por estos días, pues acabo de escuchar algo muy importante en palabras del Papa Benedicto XVI. El infierno sí existe. Esto implica que nuevamente tendremos tres espacios más allá de la muerte: el infierno, el purgatorio y el paraíso. Sin lugar a dudas el hecho de que el infierno exista ya es un descanso para muchas personas que no teníamos certeza hacia dónde íbamos a acampar después del final inminente. El Papa Juan Pablo II ya había pensado en negar la existencia de este espacio tan asombroso, quizás como una prevención para que su alma tuviera una paz duradera y no estuviera destinada a ése mundo lleno de jerarcas de una celestial institución como la Iglesia Católica. Tenía que acabarlo por si las dudas. El Papa Juan Pablo II creo que hizo la siguiente lógica: como estoy destinado a arder en el infierno por toda la eternidad, la mejor forma de evitar ese problema es acabando el infierno. Cualquier parecido con un presidente latinoamericano es pura coincidencia. De todas maneras, un método seguro de evadir nuestras desgracias y miserias es creer que no existen. Dante ya lo había predicho en su Divina Comedia: los Papas están destinados a un socavón de fuego y sólo podrán mostrar sus pies al público visitante. Sin embargo este Papa ha oído nuestras plegarias, quizás para él el infierno le traiga una nostalgia de sus épocas mozas cuando trabajaba en la Gestapo y sacrificaba personas en los campos de concentración. Para mí me parece un lugar espectacular por todo lo que muestra Dante. Nuestros errores tarde que temprano se pagan, allí es donde nos vemos las caras. Sin embargo me parece maravilloso vivir eternamente como Paolo y Francesca, envueltos en un frenesí de placer hasta el fin de los tiempos. Ese es el infierno que yo quiero. En todo caso no creo que haya mucha diferencia con este mundo. Sin lugar a dudas encontraremos a nuestros queridos dirigentes recogiendo sus herramientas para el trabajo eterno. Encontraremos a don Berna, Macaco, Jorge 40 y Uribe buscando las motosierras para continuar su labor eficiente. Encontraremos al secretariado de las FARC preocupados por generar nuevos campos de concentración, esta vez más bonitos, con menos preocupaciones, mejores cadenas y alambres, y más custodiados. Bienvenido el infierno y espero que ningún Papa vuelva a desaparecerlo por intereses personales. Siempre ha existido, desde el comienzo de los tiempos, desde el comienzo del cristianismo, desde el comienzo del mismo Dios. Ojalá nunca no lo vuelvan a quitar, es tan nuestro como la bandera de Colombia, el sisben, la tutela, Pacheco, Jota Mario, los chismes de farándula, RCN, Julito y la W, y por supuesto, nuestro héroe nacional, URIBITO...

lunes, 4 de febrero de 2008

¿Y después de la marcha, qué?

Hoy estuve en la marcha, y lo hice por pura coincidencia, lo hice indirectamente, crucé la calle, camine hacia la plaza de Bolívar unas cuadras y frente al palacio de justicia observé toda la congregación de personas que estaban gritando no a las FARC. En ese momento saqué varias conclusiones que en verdad me ponen en una incertidumbre sobre lo que puede ser el futuro de este país. Por una parte los grandes derrotados sin lugar a dudas son las FARC. Definitivamente perdieron legitimidad frente un país como Colombia, nadie los quiere, nadie quiere quererlos, nadie se siente respaldado por una guerrilla como ésta. Y si yo fuera de las FARC estaría muy preocupado, pues cualquier lucha por un ideal político se ha perdido. El ganador discutiblemente es Uribe, pero más que Uribe, los medios de comunicación que los representan. Los grandes medios de comunicación como RCN ganaron porque en verdad convocaron a todo un mundo de personas y llegaron a su cometido, desprestigiar a la guerrilla colombiana, derrotarla como una representación del pueblo colombiano. Sin embargo yo me pregunto una cosa, ¿las FARC acaso les importa hoy en día llegar al poder político por medio de la democracia? Jamás ganarán una contienda política, ellos lo saben y no les interesa jugar ése juego, ya le hicieron a finales de los años 80ª y terminaron por ser derrotados y asesinados sus mejores ideólogos. Quedaron los que sabían del negocio, los que no podían enfrentar una discusión. Las FARC no les interesa una negociación política porque su negocio es el narcotráfico, y no van a perder un poder y un territorio que lo tienen ganado desde hace mucho tiempo. Las personas que desfilaban por la marcha habían sido víctimas de una u otra manera de la guerrilla, personas de la ciudad que miran el problema desde la perspectiva de los medios de comunicación y que de esa manera tiene que salir a dar su grito de protesta. Sospecho que la guerra va a continuar, que bajo ninguna circunstancia la guerrilla se va amilanar, su poder no es el pueblo sino el poder del dinero y del territorio. Esas selvas que nos parecen dantescas son el espacio al que están condenadas a vivir por más de 40 años, y eso los vuelve fuertes, son dos mundos totalmente diferentes encontrados en un mismo país, y que por lo que pude apreciar hoy en la marcha, jamás podrán reconciliarce.

sábado, 2 de febrero de 2008

Un Infierno tan temido

Como sugerencia de nuestro amigo Huitzilopochtli me he tomado la libertad de crear un segundo blog donde se publiquen todo tipo de textos: “algunos poemas, cuentos -y el que la tenga: novela-?”. Espero que el título les guste, es tomado de un cuento de Onetti y me parece muy simbólico pues es al infierno de la escritura -que tanto tememos- al que estamos destinados a llegar. Ojalá se produzca un espacio de comunicación creativa y se pueda aprovechar. Las personas que estén interesadas me pueden mandar su correo y yo les daré un invitación. Para hacer parte de este blogger se tiene que crear una cuenta en gmail, pero luego ya será usuario y si se desea, administrador. Cualquier duda me pueden escribir al correo, yo con mucho gusto trataré de resolverlas. El hipervínculo se colocará a un costado donde se puede llegar al otro blog. http://elinfiernotantemido.blogspot.com/. 

viernes, 1 de febrero de 2008

Un día de Marcha


Estimados amigos, el comentario existencialista de la presentación anterior sólo es una invitación a que hagan parte de este espacio para poder desarrollar un diálogo internauta con aquellas personas que por una u otra razón están alejadas, en espacio mas no de corazón. Pongo a su disposición el blog y si alguno desea convertirse en autor puede solicitarlo y yo de inmediato le enviaré la autorización para que pueda publicar en éste espacio sobre lo deseen. Hoy viernes todo el mundo habla de la marcha. Por estos días me llegó un correo de un amigo donde explicaba el porqué no iba a marchar el próximo lunes. No me imagino lo que va suceder ese día, bueno tal vez sí, ya ocurrió una vez con la marcha en contra de la muerte de los diputados del Valle, y no me extraña que vaya sucede lo mismo, es decir, el gobierno de nuestro querido presidente Uribito nuevamente saldrá favorecido, las encuestas llegarán al 97% y la guerrilla definitivamente tendrá que acabase por orden, obra y gracia de la voz de Dios, es decir la voz del pueblo y la voz de Uribe. El día lunes estaré dictando clase en la Universidad, existe un permiso para que la gente asista a la marcha y sin embargo mi gran preocupación será el problema de las tildes y de los acentos. Si no promuevo la marcha entre los estudiantes, quizás alguno piense que yo apoyo a la izquierda, al polo, o en otras palabras, a la guerrilla, es decir soy de las FARC. Si promuevo la marcha tal vez otro piense que estaré apoyando a un estado fascista y paramilitar, daré vía libre al rescate militar y al sacrificio de los secuestrados. En fin, estaré apoyando a los buenos y condenando a los malos. Cualquier parecido con un colombiano de clase media-casi baja es pura coincidencia. Cuántos colombianos oyen los comentarios exagerados, grandilocuentes, casi viscerales de los periodistas en la radio y la televisión, y cuántas personas se preguntan por qué si los actos de la guerrilla son bárbaros y hay que condenarlos, nunca se han realizado marchas en protesta contra la masacre realizadas por los paramilitares durante los últimos 20 años. Nadie las va a promover, es algo que carece de importancia. A quien le importa las más de 5000 personas encontradas en fosas comunes en el departamento del Putumayo, por no citar sino sólo un caso. Quizás a sus familiares, ¿no? Cuándo se hará una marcha por ellos, cuándo las personas saldrán a protestar en masa por aquellos campesinos humildes que iban hacia su trabajo y fueron bajados de un bus para luego ser ajusticiados (es decir les cayó el peso de la justicia porque se lo merecían según sus victimarios). Esas personas no tienen derecho a una protesta. Estoy de acuerdo que las cosas se tienen que manifestar de manera masiva para que se conozcan los problemas, pero no estoy de acuerdo que un problema oculte otro problema. El próximo lunes seré un observador y estaré en desacuerdo con los métodos de la guerrilla, pero para nada voy apoyar el show que se va levantar ese día y estigmatizar a los buenos y los malos. Por otra parte quisiera pedir disculpas por algún error tipográfico que se pueda presentar en este espacio. Aunque enseño ortografía y redacción, caigo algunas veces en ese pecado que tanto trato de combatir. Quizás sea un problema religioso como los inquisidores de la edad media que trataban de castigar al demonio en el pueblo cristiano a pesar de que ellos lo llevaban inmerso en el seno de su espíritu.

miércoles, 30 de enero de 2008

La sombra de Tezcatlipoca



Entro a un universo desconocido para tratar de expulsar toda esas palabras lacerantes que rodea una existencia llena de altibajos. Es la oscura bilis de una mirada que pretende no tener prejuicios y que se cree cínico por naturaleza.

Estoy dando la bienvenida a los desafortunados lectores que lleguen a este blog, tal vez como un gesto de respeto por su tiempo. No estoy seguro si lo que se plasme aquí valga la pena, pero por lo menos es una forma de matar mis demonios y poder vomitar cierta rabia que me agobia del mundo en que nos tocó vivir. Espero no decepcionar tanto a otros desocupados lectores y que podamos conversar a través de este medio.