lunes, 4 de febrero de 2008

¿Y después de la marcha, qué?

Hoy estuve en la marcha, y lo hice por pura coincidencia, lo hice indirectamente, crucé la calle, camine hacia la plaza de Bolívar unas cuadras y frente al palacio de justicia observé toda la congregación de personas que estaban gritando no a las FARC. En ese momento saqué varias conclusiones que en verdad me ponen en una incertidumbre sobre lo que puede ser el futuro de este país. Por una parte los grandes derrotados sin lugar a dudas son las FARC. Definitivamente perdieron legitimidad frente un país como Colombia, nadie los quiere, nadie quiere quererlos, nadie se siente respaldado por una guerrilla como ésta. Y si yo fuera de las FARC estaría muy preocupado, pues cualquier lucha por un ideal político se ha perdido. El ganador discutiblemente es Uribe, pero más que Uribe, los medios de comunicación que los representan. Los grandes medios de comunicación como RCN ganaron porque en verdad convocaron a todo un mundo de personas y llegaron a su cometido, desprestigiar a la guerrilla colombiana, derrotarla como una representación del pueblo colombiano. Sin embargo yo me pregunto una cosa, ¿las FARC acaso les importa hoy en día llegar al poder político por medio de la democracia? Jamás ganarán una contienda política, ellos lo saben y no les interesa jugar ése juego, ya le hicieron a finales de los años 80ª y terminaron por ser derrotados y asesinados sus mejores ideólogos. Quedaron los que sabían del negocio, los que no podían enfrentar una discusión. Las FARC no les interesa una negociación política porque su negocio es el narcotráfico, y no van a perder un poder y un territorio que lo tienen ganado desde hace mucho tiempo. Las personas que desfilaban por la marcha habían sido víctimas de una u otra manera de la guerrilla, personas de la ciudad que miran el problema desde la perspectiva de los medios de comunicación y que de esa manera tiene que salir a dar su grito de protesta. Sospecho que la guerra va a continuar, que bajo ninguna circunstancia la guerrilla se va amilanar, su poder no es el pueblo sino el poder del dinero y del territorio. Esas selvas que nos parecen dantescas son el espacio al que están condenadas a vivir por más de 40 años, y eso los vuelve fuertes, son dos mundos totalmente diferentes encontrados en un mismo país, y que por lo que pude apreciar hoy en la marcha, jamás podrán reconciliarce.

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